Ambientación: Casa Stark

Casa Stark


Eddard Stark, Señor de Invernalia y Guardián del Norte realizó un descubrimiento que cambiaría Poniente de una forma radical: Joffrey, Myrcella y Tommen Baratheon son hijos nacidos del incesto entre Cersei y Jaime Lannister. El Matarreyes y Reina iban ser juzgados y ejecutados. Pero Eddard intercedió por los niños; no tenían culpa alguna sobre el pecado de sus progenitores. Las discusiones entre Mano y Rey perduraron varios días, al final se decidió que Cersei Lannister sería juzgada por alta traición, adulterio, fornicio e incesto, y que los Dioses juzgarían a la larga a Jaime y los tres niños.

Cersei fue decapitada por Eddard. “Quién dicta la sentencia debe blandir la espada” y aunque él no dictó la sentencia fue quien expuso todo aquel secreto ante el mundo, siendo responsable del juicio y consecuente ejecución de la Reina. Jaime y sus tres bastardos fueron desterrados de Poniente quedando en el exilio de las Ciudades Libres.

Eddard retornó a sus funciones como Mano, pero su impecable actuación al descubrir la maraña de secretos que ocultaban los gemelos Lannister, le granjeo toda clase de amigos y admiraciones. Las ambiciones de grandes señores se vieron en la posibilidad de crear alianza con la Mano y el que ganó fue el que tenía la rosa en el blasón.

Mace Tyrell se llevó el premio gordo. Margaery, la única fémina de su prole de cuatro hijos, había trazado las líneas de una amistad con Robb Stark en Desembarco del Rey y se habían tomado cariño mutuo. Terminaron comprometidos al poco tiempo, cosa que fue de agrado para ambas familias y orgullo para Mace, que terminaría con un nieto siendo Señor del Norte.

Catelyn Tully Stark se encuentra en Invernalia, sin  apartarse de sus tres hijos varones, cuidando de Bran a toda costa y manteniendo una tensa relación con Jon Nieve Stark, sobre todo desde que fuese legitimado por el Rey Robert Baratheon, aunque cada vez respira más tranquila desde que el muchacho marchó a Bastión Kar como pupilo. Extraña en demasía a sus hijas y ansia verlas nuevamente, aunque sabe que sobrevendrá otro compromiso para Sansa, ya que Robert desea seguir manteniendo su palabra de unir a las Casas Stark y Baratheon por un matrimonio.

Aunque Joffrey la despertó lentamente de los cuentos de hadas, con sus actitudes mezquinas y sus odios irracionales hacia cualquier persona que se opusiera a él, Sansa Stark sigue esperando su caballero de brillante armadura, y Robert Baratheon le promete hallárselo entre sus hijos bastardos legitimados. La perspectiva de seguir pudiendo llegar a ser Reina algún día la hace ignorar el hecho de que un bastardo, como fue legitimado, puede perder su apellido y vive en sus fantasías, en una especie de estado dormido, hechizada por los ojos azules de Gendry Baratheon.

Arya Stark, por su parte, tiene fuertes riñas con Gendry y son muy cercanos entre sí, a tal punto de que Sansa y ella se pelean por pasar tiempo con él. Eddard teme por el día en que Arya se tenga que casar, más por el novio que por ella ya que sabe que tiene ese temple fuerte como lo tenía Lyanna.

«Prométeme, Ned. Prométemelo» la respiración agitada, el corazón acelerado y un dolor de cabeza. Todo aquello atormenta a Ned día tras día, y le pregunta al espejo ¿por qué? “Hiciste una promesa” se recuerda. Y una voz responde “La has cumplido ya ¿verdad?”